top of page

Recientemente y tras un rebrote de COVID-19, la jefe del Ejecutivo de Hong Kong, Carrie Lam, anunció que las elecciones del Consejo Legislativo programadas para septiembre de 2020 serían postergadas un año con el objetivo de garantizar la seguridad pública y la salud de los ciudadanos. Lam afirmó que estaba invocando a una ordenanza de poderes de emergencia para retrasar la votación y que la decisión ha contado con el apoyo del gobierno central de China. Así mismo, explicó que movilizar hasta 34.000 voluntarios entre más de 600 mesas electorales el día de las elecciones constituye un gran peligro y riesgo de contagio. La decisión se produce luego de que 12 candidatos prodemocráticos fueran descalificados para presentarse en las elecciones, por razones que incluyen la percepción de intenciones subversivas, la oposición a la nueva ley de seguridad y hacer campaña para obtener una mayoría de bloqueo en materia de legislación, constituyendo un duro golpe para los candidatos de la oposición que aspiraban a conseguir más votos en los comicios aprovechando la ola de descontento por la nueva Ley de Seguridad Nacional impuesta por Beijing. Por su parte, Estados Unidos y la Unión Europea descalificaron la decisión de Lam e invitaron a reconsiderarla ya que la postergación de las elecciones significaría un retraso en la renovación del mandato democrático y cuestionaría el ejercicio de los derechos de la ciudadanía china. Bloomberg, 31/07/2020.

 

Le podría interesar:

bottom of page