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Luego de la poderosa explosión ocurrida el 4 de agosto por la tarde en el área del puerto de Beirut, capital de Líbano, y tras la declaración del estado de emergencia por el Gobierno libanés, miles de personas han salido masivamente a las calles a exigir la dimisión de las autoridades. La protesta, convocada bajo el nombre de “Día de la Ira”, reunió a miles de personas en la simbólica Plaza de los Mártires y, al grito de “Dimisión”, un grupo intentó entrar en el Parlamento a la fuerza. Poco antes de los enfrentamientos, las personas se reunieron para expresar su rechazo al Gobierno y al régimen político al que responsabilizan de la grave crisis y el deterioro en que ha caído el Líbano. En medio de las fuertes protestas, el primer ministro de El Líbano, Hassan Diab, ha anunciado una propuesta para realizar las elecciones parlamentarias en el país de manera anticipada, en un intento de contener la ola de manifestaciones contra la crisis política y económica del país, exacerbada por la gran explosión en el puerto de Beirut. Según las autoridades, la causa de la catástrofe fue el almacenamiento inadecuado de 2.750 toneladas de nitrato de amonio.

 

Por su parte, la comunidad internacional ha evidenciado su apoyo al país libanés. El Centro de Coordinación de la Respuesta a Emergencias de la Unión Europea (UE) ha sumado esfuerzos y anunció la activación  del Programa de Observación de la Tierra Copernicus para ayudar a las autoridades libanesas tras la explosión. Además, la Unión Europea enviará a 100 rescatistas para ayudar a superar las secuelas de la explosión ocurrida en el puerto de Beirut. Los Países Bajos, Grecia y la República Checa ya han confirmado su participación, mientras que Francia, Polonia y Alemania, también, han ofrecido su ayuda. Sputnik, 05/08/2020

 

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